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jueves, 14 de julio de 2022

¡VAMOS NAIRO!

Hace unos días iba en bicicleta y alguien me alcanzó y me gritó “¡vamos Egan!” y a mi memoria llegaron recuerdos que hicieron que escribiera esto. Llevo mucho tiempo montando en bicicleta (es una de esas cosas que no se olvidan), y durante todo ese periodo siempre ha existido la costumbre de la gente de gritarle a quien monta bicicleta con el nombre del ídolo actual del ciclismo, por ese motivo me han gritado varios nombres, lo extraño es que a pesar de ser un país que ha logrado muchas cosas en el ciclismo debería tener un sinnúmero de nombres para gritar pero no. En la retina o en la memoria del pueblo solo quedan los más emblemáticos, esos que caen bien, que generan empatía o incluso humildad. Cuando era un niño y pasaba en bicicleta era común que me gritaran “¡Dale Cochise!” (si, ya sé que estoy cucho) incluso muchos años después de su retiro pero no había referentes que causaran esa impresión como para gritar su nombre a pesar que Rafael Antonio Niño había ganado seis veces la vuelta a Colombia, Patrocinio Jimenez y “condorito” Corredor descrestaron en el Tour siendo aficionados, Alfonso Florez ganó el Tour de l´avenir pero ninguno tuvo recordación. Luego vino la primera época de oro con los escarabajos en Europa y la gente se olvidó de Martín Emilio y su lugar lo ocupó el “jardinerito de Fusagasugá” y los gritos cambiaron a un “¡vamos Lucho!” cuando la gente me veía en la carretera, esta vez a un modo más competitivo debido a esa fiebre de ciclistas que despertaron los colombianos. 

Resulta extraño que durante mucho tiempo se conservó ese grito a pesar que Fabio Parra fue el primer latinoamericano que subía al podio del Tour de France, Martín Ramirez había ganado el Tour de l´avenir, Pacho Rodriguez era ídolo en España, Alvaro Mejía empezaba un nuevo legado junto a Oliverio Rincón y se convertían en la sangre nueva teniendo excelentes actuaciones en Colombia y en Europa pero ni siquiera eso valió para que se gritara sus nombres en las carreteras de Colombia. Todos seguíamos siendo Lucho hasta que apareció Nairo Quintana y cambió la frase a un “¡Dale Nairo!” independientemente de la condición del ciclista o biciusuario, y aunque aparecieron mas ciclistas en esta nueva época dorada se seguía el grito a Nairo a pesar que tiene tanto admiradores como detractores que no le perdonan NO ganar siempre. Los Rigo, Lopez, Chavez, Gavirias, Martinez y demás seguián pasando inadvertidos para la gente del común. Ahora apareció Egan que al ser el primer latinoamericano que gana el Tour de France se convirtió en ídolo y referente; título que refrendó al ganar el Giro de Italia, entonces tenemos nuevo grito en las carreteras “¡vamos Egan!” que se escucha cuando pasa alguien montando en bicicleta. El peligro es que si te gritan y te lo crees de pronto te estrellas contra un bus parqueado(?). 

A modo personal, y mas por admiración (soy Nairista de tiempo completo) bacano que le griten "Egan", pero prefiero que me griten “¡Nairo!”, aunque me acabo de dar cuenta que si me gritan así no creo que sea porque soy buen ciclista sino porque soy feo(?).

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