Dios, AMERICA y yo

Cuando escribía esto, me encontré con la paradoja que genera el hablar de cosas que son contrarias a lo que creemos cierto, como la existencia de algo impalpable, de algo supremo. No puedo negar que en varias ocasiones he puesto en duda la existencia de Dios. Tuve muchas razones para hacerlo, pero hoy personalmente puedo dar fe de su existencia cuando estoy pasando por una transición en mi vida y miro a mi alrededor, cuando veo de pie a mi hermano; el mismo que estuvo a punto de dejarnos y por el cual hice un trato con Dios, trato que no detallaré.

Esta introducción que era necesaria viene al caso porque debido a la difícil situación que vive AMERICA (en cuanto a resultados), entonces aparecen algunos pocos, empujados por las religiones cristianas, que están "de moda", y que producen a diario pastores, predicadores y profetas, a manifestar que al AMERICA se le debe quitar el Diablo del pecho de sus gloriosas camisetas de campeones, porque el Diablo según ellos simboliza el mal, y que no puede un equipo de fútbol portar el mal sobre su corazón. Lo absurdo de este planteamiento no resiste ningún análisis; AMERICA por estatutos tiene como símbolo un diablo con tridente rodeado por las estrellas, que ha logrado precisamente utilizando ese símbolo, nuestro diablo heroico. Y ya hasta el propio Papa manifestó que el Diablo es una simple creación humana, y que ni él ni el infierno existen.

El diablo del AMERICA es un diablo humanizado, es ese diablo que todos llevamos dentro; es un diablo que de tanto andar entre los humanos termina pareciéndose a ellos.

Algún purista dirá que por que no reemplazamos el diablo por una cruz, símbolo que tienen ya Cruzeiro, Cruz Azul, y muchos equipos más, y he tenido que remontarme la época de los “cruzados” en su lucha contra los musulmanes, luchas que costaron millones de muertos y donde los cristianos uniformados prácticamente con la cruz, llevaron la peor parte, al punto que se hizo popular una frase que decía: “Vinieron los musulmanes y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos, cuando son más que los buenos.”

Dejo esta inquietud a los AMERICAnos que acuden a esta página, porque todos tienen derecho a opinar; yo por mi parte quiero expresar que moriré americano, con nuestro hermoso diablo sobre mi pecho, y si esto es una herejía, que mi Dios me perdone, que al fin y al cabo, perdonar es su oficio.