Ser pobre pero feliz o pobre infeliz.
Debido al auge que por estos días
ha despertado el baloto y su acumulado de 80 mil millones de devaluados pesos,
llega a mi mente una frase que dijo hace
mucho tiempo uno de los más grandes pensadores que ha parido esta patria:
Pambelé. Él dijo que era mucho mejor ser rico que pobre. Tal vez lo dijo porque
fue forjado en la pobreza y eso le dio un aliciente especial para esforzarse y
conseguir lo que nunca tuvo. ¿Es una frase que refleja lo que realmente
pensamos en Colombia? ¡Pues no! La verdad es que no es mejor ser rico que pobre
y acá doy mis razones:
En Bután la riqueza se mide
de acuerdo al nivel de felicidad y no de las posesiones. Aplicando ese concepto
a nuestro territorio, simplemente seriamos inmensamente ricos; es más seriamos
el tercer país más rico (según una medición acerca de la felicidad).
Otra razón sería que absolutamente
todos nuestros amigos serían reales, esos que te apoyan sin hipocresía y que no
son falsos seguidores.
Si sos pobre probablemente
estas reportado en las entidades de riesgo crediticio y eso hace que no te
endeudes más.
Llevar una vida tranquila sin
angustiarte que por quitarte el dinero te puedan atacar.
Se disfruta de las cosas más
simples.
Compras lo estrictamente
necesario sin malgastar en lujos que realmente no usarías.
Un plato de restaurante fino
jamás reemplazará un arroz con huevo preparado con cariño.
No serás esclavo de la tecnología.
No te afectaría en gran
medida que suba el precio del combustible o los pasajes aéreos.
No sé si sean razones
suficientes para preferir ser pobre que rico, mientras tanto prefiero ser un
pobre infeliz que sueña con ganarse el baloto pero no tiene plata para comprar el
tiquete; que un rico hijueputa que no sabe que hacer con 80 mil millones.
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