LA MUERTE ¿DOLOR O ALIVIO?

Es difícil escribir sobre un tema tan complicado, más aun cuando uno no escribe bien, pero haré un intento por hacerlo.

La maldita muerte o bendito consuelo, son dos puntos de vista dependiendo de cuál orilla te toca. La ineludible cita que tarde o temprano tenemos con la parca me pone a pensar en los sentimientos que cruzan por la cabeza de quienes ya son víctimas de tan desagradable visita; por un lado están quienes son sorprendidos por la figura del esqueleto y la hoz gigante sin pensar en ese inevitable destino y por otro el de las personas que esperan pacientemente (o valientemente) por su temprana llegada.

Los dolientes siempre mirarán con desprecio esos momentos sin importar las circunstancias en las que ocurrió ese trágico hecho, muchas veces maldiciendo la suerte o el destino como si la vida no estuviera escrita con anticipación con un libreto que no conocemos pero debemos cumplir al pie de la letra. No importa si la muerte se debió a causas naturales o a un infortunio de la vida, el dolor inicial es el mismo, se nos va alguien preciado y no pudimos hacer nada para evitarlo.

Con la muerte paseando tan cerca hice una reflexión acerca del dolor y me llegó la pregunta del título de esta entrada; y la respuesta es que ambas son respuestas adecuadas sin importar el principio, desenlace y fin de la vida. Dolor para aquellos que tienen que seguir sin ese ser que los acompañó hasta ese momento, en muchas ocasiones  y alivio para quienes nos dejan. Nunca hemos pensado en que quienes parten lo hacen para dejar de sufrir y que el alivio llega a cambio de la vida. Irónico que para no sufrir es necesario dejar la vida, pero desde un punto de vista sin prejuicios creo que esa es la mejor descripción de la muerte.

Nadie es inmortal, incluso Dios es mortal porque en el momento que dejamos este mundo ya no creemos en nada, entonces no puede vivir algo en lo que no creemos más.

Pensemos mejor en que cuando alguien nos deja materialmente, ganamos un ángel que nos estará cuidando.

Vivimos para sufrir, para sentir y para “vivir”