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lunes, 30 de diciembre de 2013

APRENDÍ

Se termina este año y al contrario de los anteriores últimamente, no voy a decir que este fue un año de mierda. No necesariamente quiere decir que haya sido bueno, pero existen muchas cosas que pasaron durante estos últimos 365 días que hacen que cambie un poco mi tradición y ahora me despida sabiendo que en este tiempo mi ser creció con muchas cosas que experimenté. Acá una breve reseña. No van en un estricto orden cronológico porque los escribía a medida que llegaban a la mente.

Aprendí que puedo ser mi propio héroe.

Aprendí (y comprobé) que los pequeños detalles hacen felices a las personas.

Aprendí que los propósitos de año nuevo son un loop de 365 días (1 mas si es bisiesto). 

Aprendí que las personas SI cambian de estrato.

Aprendí que Jiguales es una ruta alterna a la conocida siempre para llegar al Lago Calima.

Aprendí a dar gracias por los alimentos de cada día.

Aprendí que la sonrisa de un niño al explicarte como jugar con un Wii y enseñarte a oprimir el botón A, es algo que no tiene precio.

Aprendí que muchas personas tarde o temprano terminarán pelando el cobre.

Aprendí que la B no es de Dios, y por ahora tampoco del diablo.

Aprendí que no hay edad para ser irresponsable.

Aprendí que aun después de los setenta, si no te cuidas, la cagas.

Aprendí que el perdón es muy grande y hace que las lágrimas salgan cuando es inesperado.

Aprendí que escuchar las palabras SIDA, cáncer, y tumor son mucho peor que el mismo diagnóstico.

Aprendí a vivir con un pito de 13 KHz en mi cabeza.

Aprendí que así digas que nunca mas lo harás, tarde o temprano lo haces.

Aprendí el drama y dolor de ver partir o despedir a un ser querido.

Aprendí que el dolor del alma es muy difícil de sanar.

Aprendí que 52 imágenes pueden mostrar todo lo que ha pasado en un año.

Aprendí que existe una probabilidad muy alta de que la brujería exista.

Aprendí que NUNCA aprenderé a bailar.

Aprendí que "no tenemos plata, pero mal no la pasamos".

Aprendí que el alma de la fiesta no es una persona sino una actitud.

Aprendí que soy buen amigo; ingrato pero buen amigo.

Aprendí que tal vez no tenga hijos porque sería un mal papá.

Estaba aprendiendo a enseñar y el proceso se truncó por cosas de don destino.

Aprendí que los valores no se deben enseñar, sino que se deben heredar.

Aprendí que el 90% de las respuestas a mis preguntas son un lacónico NO SÉ.

Aprendí a decir menos groserías.

Aprendí a volar en chiva.

Aprendí a ver un amanecer en la playa.

Aprendí que debo cargar sacacorchos (por si acaso).

Aprendí que si haces algo extraordinario no habrá nadie viéndolo, pero si te estrellas contra una puerta de vidrio, sí.

Aprendí a colgar los guayos antes de seguirla cagando.

Aprendí a vivir con la piedra afuera y las piedras adentro.

Aprendí que no siempre que te dicen “yo te pago” o “o te ayudo” signifique que de verdad lo harán.

Aprendí que el sentido común es menos común de lo que parece.

Aprendí que no siempre que me hagan mala cara es porque yo la haya cagado.

Aprendí a celebrar mis logros solamente con una persona.

Estoy aprendiendo a ser justo.

Aprendí que la gente se ofende más por un estado en Facebook que por la realidad.

Aprendí a dormir viendo porno.

Aprendí que el llanero solitario no gritaba “allo silver”, sino "¡Hi O Silver!"

Aprendí a tirarme al mar desde 11 metros, así me haya jodido el coxis.

Aprendí que no todos entienden el sarcasmo.

Aprendí que los buenos amigos no solo se aparecen el día del amigo con 2 poker en la mano, sino que lo hacen cuando estás varado.

Aprendí a celebrar cuando te entregan algo que te han robado.

Aprendí que muchos victimarios se hacen las víctimas para posar de buena gente.

Aprendí que el tener la biblia debajo del brazo no te hace mejor persona.

Aprendí que haga lo que haga, siempre seré el tipo malo.

Aprendí que calculadora no es un dispositivo que se utiliza para realizar cálculos aritméticos, sino un tipo de persona.

Aprendí que si no me gusta una camiseta de marca soy un descerebrado.

Aprendí que 21K no son suficientes.

Aprendí que los morrongos casi siempre consiguen lo que quieren.

Aprendí a vivir con poco pelo en la cabeza y mucho en la cara.

Aprendí que me parezco a Amaury Gutiérrez….. ♫♫ pero yo sé que es mentira .

Aprendí a escribir 56 veces la palabra aprendí en un solo texto para que ustedes se aburran o las cuenten.

Bueno, si usted llegó al final del texto lo felicito, porque tiene un poder muy alto para asimilar las torturas. De todas formas no me queda más que desearles un feliz año y que ojalá también aprendan algo. Yo por lo menos espero aprender a escribir bien.

Gracias por hacer parte de los 2 desocupados que leerán esto. Y déjenme aclarar que aunque parezca, NO soy un amargado.



1 comentario:

pamela dijo...

AAAhhhh a mi me encanto!! :)