THIS IS LOCOMBIA
A pocas
horas de definir la situación del país por los próximos cuatro años y viendo
publicaciones en las redes sociales se llega fácilmente a la conclusión que
somos un muladar de extremos. Por un lado se encuentra el candidato de la
derecha, la misma que nos lleva gobernando más de doscientos años y que su
mayor logro ha sido que nos declaren “el país más feliz del mundo”, por cierto
¿dónde está el ranking ese? Aquel candidato que no tiene seguidores (no hay
ninguno que se llame Duquista) y cuya hoja de vida y experiencia se puede
imprimir en una tarjeta de presentación en letra Arial 14 y con márgenes de normas
APA(?). Y en la otra orilla se encuentra la izquierda; esa fuerza recalcitrante,
oprimida y escondida que alienta al candidato de la Colombia humana, aquellos
seguidores que odian a todo lo que tenga que ver con la derecha y peor aún si
esas cosas tienen que ver con el mentor del “muchacho canoso, católico
evangélico y paisa rolo”. Nos debatimos entre el odio de esas dos corrientes
ideológicas, mientras la derecha utiliza el miedo para que la gente salga verraca
a votar; en la acera del frente nos enfrentamos a la superioridad moral de los
petristas (esos si existen) que creen que si no es él, no será nadie. Entonces
nos encontramos que las dos mayorías dicen ganar en primera vuelta, en caso de
no pasar eso habrá fraude. Estamos inundados de insultos, fake news, memes
(importantísimos para los medios) y muchas pero muchas mentiras que calan en un
pueblo que su mayor fuente de información es el q´hubo. Castrochavista,
uribestia, mamerto, paraco e hijueputa son los nuevos adjetivos usados para
expresar la indignación para el que piense lo contrario.
Estamos tan
polarizados que al candidato que no ha querido entrar en ese juego y no
descalifica a sus contendores con insultos lo consideramos “el tibio” solamente
porque quiere ser un conciliador, el tibio porque no insulta al rival que no me
gusta, el tibio porque no pelea en un país que se acostumbró a pelear.
El problema
de los candidatos es tan jodido que el mejor, el señor De la Street(?) quien es
el más decente, mejor persona, intachable y tal vez el mejor preparado lo
respalda un partido que ha parido próceres del talante de AUV, Vivian Morales y
Roy Barreras. Eso lo dice todo y lo enterró anticipadamente para infortunio del
chochal en el que vivimos.
Lastimosamente
nos caracterizamos por ser arribistas, intolerantes, tramposos, hipócritas, aprovechar
los papayazos – generalizo porque individualizar es muy difícil en un país tan
diverso pero esas son las características de la mayoría de colombianos
lastimosamente – tenemos un gen de hijueputas interno que a veces despierta lo
peor de cada uno. Ahí es donde encaja el candidato que mejor nos representa
como patria: don coscorrón.
Así estamos
de jodidos para el domingo, donde seguramente escojamos el odio por encima del
país, donde después de las 5 PM hablaremos de fraude, donde escojamos mal
porque es nuestra naturaleza. Quiero equivocarme pero después de los resultados
de las legislativas no se puede esperar otra cosa.
Eso si,
ahora llega el mundial de Rusia y cuando juegue Colombia nos abrazaremos y
cantaremos los goles juntos porque lo importante es hacer patria alentando a la
selección. ¿elecciones? ¡Pa´que hijueputas!
Como dijo
el gran Carlos Vives alguna vez “Ser colombiano es una bendición de Dios”,
lástima que Él no piense lo mismo (?).
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